Lo haré disfrutar de una larga vida: ¡lo haré gozar de mi salvación!» Salmo 91:16 (DHH)
En los últimos días, hemos estado hablando sobre la meditación y la visualización, y su importancia en ayudar a los creyentes a cumplir las promesas de Dios. Aunque cada promesa en la Biblia es nuestra en Cristo, nosotros necesitamos meditar en estas promesas para cambiar las imágenes que tenemos grabadas si queremos cultivar estas promesas en nuestras vidas.
Por ejemplo, imaginemos que a usted se le ha dado un diagnóstico terminal. Usted podría quedar atrapado tratando de determinar dónde encontrará los medicamentos que lo curen e intentar determinar cómo sucederá. Sin embargo, lo primero que usted debe hacer es concentrarse en las promesas de sanación de Dios para cultivar una imagen del resultado final de la curación y la restauración en su cuerpo, en su corazón.
Comience meditando en el versículo de hoy. Mientras usted lo reclama sobre su vida, pídale al Espíritu Santo que le ayude a imaginar cómo le parecería esa larga vida. Su fotografía puede incluir ver a sus nietos dar los primeros pasos y verlos crecer. Puede verse riéndose con su cónyuge hasta la vejez, asistiendo a las bodas de sus nietos y meciendo a sus bisnietos en sus rodillas. Permita que el versículo dibuje una imagen vívida en su mente.
¿En qué está usted creyendo? Al mantener la imagen de las promesas de Dios en su vida, su corazón se pondrá a trabajar para atraer las circunstancias correctas a su alrededor para que ocurra lo milagroso. Mantenga una visión de esa promesa en su corazón, y luego tome acción. Permita que esa nueva imagen dirija sus pasos mientras que usted agrega trabajo a su fe.