No lo digo porque yo esté necesitado, pues he aprendido a contentarme con lo que tengo. Filipenses 4:11 (DHH)
¿Alguna vez se siente usted frustrado y desanimado cuando compara su vida con la de otra persona?
Tal vez usted esté luchando por perder peso, y parece que todas las personas delgadas a su alrededor pueden comer lo que quieran sin consecuencias. Tal vez usted ha estado teniendo dificultades en su matrimonio, tiene un hijo que simplemente no escucha, o sus padres siempre le están haciendo pasar un mal rato, y parece que nadie más comparte su lucha. Cuando usted compara a su cónyuge, sus hijos, su trabajo o sus finanzas con las de otras personas, todo lo que usted puede ver es lo que le hace falta.
Es sorprendente cómo podemos poner nuestra atención en lo que no tenemos, y pasamos por alto por completo las bendiciones que nos rodean. El problema es que cuando nos enfocamos en lo que nos falta, eliminamos toda la alegría por lo que tenemos.
Está bien querer mejorar su vida, pero mientras lo hace, trabaje en estar contento con dónde está y lo que tiene hoy. Cuando Pablo escribió el versículo de hoy, sus circunstancias eran horribles, sin embargo, se centró en aquello por lo que estaba agradecido, no en lo que le faltaba. Aprendió a estar contento en cualquier situación.
No estoy diciendo que debemos minimizar nuestras luchas. A veces pasamos por momentos increíblemente difíciles en la vida, y está bien sentirse triste o enojado por eso, pero no podemos quedarnos allí. Debemos darnos cuenta de que, a pesar de todo, estamos avanzando, y que no todo en nuestras vidas es malo. ¡Hay muchas bendiciones a nuestro alrededor!
Hoy, cultive la alegría. Le dará la fuerza para simplemente concentrarse en que estar agradecido.