pero el Defensor, el Espíritu Santo que el Padre va a enviar en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les he dicho. Juan 14:26 (DHH)
Fuimos diseñados en nuestra relación con Dios para disfrutar de la comunión con Él todos los días. De hecho, sin esta asociación, compañerismo y orientación, nos sentiríamos como huérfanos. La buena noticia es que, como creyentes, PODEMOS disfrutar de Dios todos los días. Tenemos al Espíritu Santo en nosotros, y en los próximos días vamos a ampliar cómo Él influye en nuestras vidas.
En el versículo de hoy, recibimos siete nombres para el Espíritu Santo, cada nombre describe una función que Él hace y nos ayudan a comprender en mayor medida cómo Él desea trabajar en nuestras vidas. El primero es “Consolador”.
Todos pasamos por temporadas de dolor y pérdida en nuestras vidas. Incluso si tenemos personas increíbles a nuestro alrededor que nos alientan y nos apoyan en tiempos difíciles, nada puede compararse con el consuelo que ofrece el Espíritu Santo. Él está con nosotros y en nosotros siempre. Tarde en la noche cuando estamos solos o cuando nos sentimos cansados y no estamos seguros de sí podemos continuar, Su presencia es un regalo que puede consolarnos mientras caminamos por ese valle.
Ya sea que se trate de la pérdida de un ser querido o de un trabajo, un problema de salud, un divorcio o algo que usted haya hecho y lamente, él lo comprende. Él no está interesado en juzgarlo o condenarlo. Y no hay nada que usted deba hacer para ganarse este increíble consuelo.
El consuelo de Dios es un regalo, es uno de los regalos más bellos que usted puede recibir. Incluso en medio del dolor, usted puede experimentar Su increíble paz.