Dios nos libró del poder de las tinieblas y nos llevó al reino de su amado Hijo, por quien tenemos la liberación y el perdón de los pecados. Colosenses 1:13-14 (DHH)
Cuando usted nació, fue registrado como miembro de la familia de sus padres. Se firmaron documentos oficiales para verificar que usted “nació” de su madre y su padre. El problema es que los seres humanos son imperfectos. Por diversas razones, los bebés no siempre crecen y pertenecen a la familia en la que nacieron.
Por otro lado, Dios es perfecto. Cuando usted tomó la decisión de entregar su vida a Jesús, ocurrió un nacimiento espiritual. Los documentos espirituales se escribieron cuando su nombre se agregó al Libro de la Vida en el cielo, que contiene los nombres de todas las personas que alguna vez tomaron esa decisión. Usted se convirtió oficialmente en un miembro de la familia de Dios. ¡Nada ni nadie puede quitarle eso!
Usted ha sido adoptado en la familia de Dios, y como dice hoy en nuestro versículo, usted fue rescatado del “poder de las tinieblas” y 2 Corintios 5:17 dice que usted se convirtió en una nueva creación. De hecho, su nueva identidad como resultado de esta transformación es lo que le da el poder de vivir realmente.
No funciona tratar de seguir los principios de Dios y “ser bueno” sin ninguna revelación de esta nueva identidad. De hecho, usted solo fortalecerá los malos hábitos y tendencias que ha enfrentado en su vida, lo que conlleva a condena, vergüenza y juicio. En su lugar, usted debe saber que su capacidad de cambio tiene que ver con la constatación de que usted tiene una nueva identidad y una nueva fuente de energía.
Usted no es la persona que era antes de darle su vida a Jesús. ¡Usted es completamente nuevo y está facultado para tener un tipo de vida completamente nuevo y mejor!