Que Dios, que da esperanza, los llene de alegría y paz a ustedes que tienen fe en él, y les dé abundante esperanza por el poder del Espíritu Santo. Romanos 15:13 (DHH)
Hemos estado en una serie en este devocional tocando el tema de una respuesta bíblica a los trastornos del estado de ánimo. Este es un tema importante, no porque se niegue el uso de medicamentos, asesoramiento o alternativas naturales para la salud, sino porque es algo que podemos implementar junto con el asesoramiento y la sabiduría de expertos.
Como se puede usted imaginar, una respuesta bíblica implica oración, pero la oración no se trata de pedirle a un Dios renuente que intervenga. La oración involucra dos cosas: tener una comunicación con Dios, y ejercer nuestra autoridad en Cristo para expresar su voluntad (Romanos 4:17).
La Palabra de Dios nos enseña a declarar sobre los problemas montañosos de nuestras vidas y decirles que se muevan (Marcos 11:23). Cuando reclamamos y expresamos las promesas de Dios, llegamos a un acuerdo con Él para hacer que su voluntad se haga aquí en la tierra como en el cielo. Hay una parte que Dios hace y una parte que nosotros hacemos.
Cuando se trata de trastornos del estado de ánimo, no estoy diciendo que tengamos que mentir diciendo que estamos bien cuando en realidad no lo estamos. Hablar sobre sus sentimientos en un esfuerzo por liberarlos o encontrar soluciones es bueno, pero mantenga su discurso lleno de esperanza y fe.
¡Declare la verdad de Dios para usted como creyente, diga que la enfermedad, la depresión y los trastornos del estado de ánimo no tienen derecho a estar en su vida! Usted tiene derecho a Sus promesas. Siga reclamándolas en voz alta, y esto le ayudará a construir su fe para avanzar hacia todo lo que le ha sido dado en Cristo: alegría profunda, paz increíble y sanidad milagrosa.