No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto. Romanos 12:2 (DHH)
Lo que creemos en nuestros corazones es muy poderoso. Hemos estado hablando de una respuesta bíblica a los trastornos del estado de ánimo, y estas creencias profundas del corazón juegan un papel importante. Si su educación o sus experiencias le han formado creencias incorrectas, estas juegan un papel muy importante en cómo usted se siente.
Como mencioné al comienzo de esta serie, muchos factores pueden entrar en juego cuando se trata de su salud mental, incluyendo también su salud física. Es importante buscar asesoría de una variedad de consejeros, médicos y psicológicos cuando usted está teniendo problemas, pero el propósito de esta serie es simplemente agregar una respuesta bíblica a este viaje de curación. Además de estos otros factores, su estado de ánimo están muy influenciado por las creencias que usted tenga en su corazón, y solo la Palabra de Dios a través de una relación con Jesucristo puede comenzar a cambiar estas creencias profundas.
El versículo de hoy habla de la renovación de la mente, lo cual es crucial. En la medida en que continuamente renovemos nuestra mente con la Palabra de Dios, la verdad penetrará en nuestros corazones a un nivel más profundo de pensamiento. Con el tiempo, esto tiene el poder de erradicar esos sentimientos de ansiedad o depresión que parecen difíciles de superar, simplemente cambiando nuestro enfoque.
Cambiar las creencias de su corazón no es complicado ni abrumador. Es cuestión de meditar con frecuencia, estudiar y reclamar las promesas de Dios a lo largo del tiempo. Esto puede no parecer un gran problema, y puede que usted no note un cambio al principio, ¡pero renovar la mente con la Palabra de Dios produce un cambio de vida!