»El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Juan 10:10 (DHH)
Esto puede parecer atrevido, pero yo creo que la religión es un importante amplificador de la depresión y otros trastornos del estado de ánimo.
Hace años, tuve una conversación interesante con un psiquiatra que me dijo que la religión era una de las causas importantes de porque las personas están en instituciones mentales. El parecía discernir que la culpa y la condena religiosa pueden ser tan intensas que hacen que la gente se enferme mentalmente.
Con el paso de los años, descubrí que había algo de verdad en lo que él decía, pero solo cuando se trata de una religión tipo legalista, y condenatoria. Podemos encontrar este tipo de religiones dentro y fuera del cristianismo, y todas traen el mismo tipo de desolación.
No estoy diciendo que una educación legalista dé como resultado una enfermedad mental. Otros factores están en juego. Sin embargo, tiene un efecto perjudicial, lo cual es muy triste porque Jesús se sacrificó a sí mismo para liberarnos de la condena y la vergüenza, no para acumular esto sobre nosotros por todo lo que hemos hecho mal. En Él, tenemos gracia, perdón, amor y aceptación. Estas cualidades nos traen vida y sanidad, por lo que es muy importante recibir el verdadero mensaje de lo que es la gracia.
Si usted está teniendo dificultades en esta área, ¿los sentimientos de condena podrían empeorar las cosas? Romanos 8:1 dice que no hay condena para aquellos de nosotros que estamos en Cristo, y el versículo de hoy dice que Jesús vino para que podamos tener vida y disfrutar de ella. ¡Su Palabra trae sanidad, y Él quiere que usted conozca Su alegría y paz!