Esto sucedió para que se cumpliera lo que anunció el profeta Isaías, cuando dijo: «Él tomó nuestras debilidades y cargó con nuestras enfermedades.» Mateo 8:17 (DHH)
Con la Pascua a la vuelta de la esquina, meditemos sobre este hecho: Jesús fue infligido con la enfermedad para que pudiéramos tener curación.
Durante la crucifixión, las personas podían durar colgadas en la cruz durante días antes de que fallecieran. Debido a que respirar era increíblemente difícil, ellos trataban de usar sus pies perforados en un esfuerzo agonizante para levantarse. Los soldados romanos lo sabían, así que si querían acelerar las cosas, les partían las piernas. Tuvieron que hacer esto con los ladrones que colgaban junto a Jesús, pero cuando se acercaron a Jesús, Él ya estaba muerto.
¿Por qué los dos ladrones sobrevivieron a nuestro poderoso Jesús? Es porque Él no solo estaba lidiando con el dolor y la agonía de la crucifixión. Jesús (quien no conoció pecado) fue hecho pecado por nosotros. Parte del reinado de Satanás después de la caída de la humanidad fue la enfermedad y la dolencia, que Jesús también afrontó en la cruz. ¡Él se llevó la dolencia y la enfermedad al cargarlas sobre Sí mismo en la cruz!
La enfermedad había llegado a este mundo debido al pecado de una persona (Adán), pero la curación ahora es nuestro derecho debido al sacrificio de una persona (Jesús). Es un regalo gratis para cada creyente. No podemos calificar para eso, y no necesitamos ser libres de pecado para ganarlo. De hecho, no tiene nada que ver con nosotros, sino que tiene todo que ver con Jesús nuestro Sanador.
¡En esta Pascua, libérese de tratar de ganar su curación, medite sobre el hecho de que Jesús tomó la dolencia y la enfermedad sobre Sí mismo para que usted pueda ser curado!