David estaba muy preocupado porque la tropa quería apedrearlo, pues todos estaban muy disgustados por lo que había sucedido a sus hijos. Sin embargo, puso su confianza en el Señor su Dios, 1 Samuel 30:6 (DHH)
El desánimo no es el sitio donde usted quiere estar; no es el sitio que Dios tiene para usted.
Ayer comenzamos una nueva serie en este devocional sobre cómo mantenerse animado. Cubrimos la importancia de cuidar nuestra salud física y mental, y hoy vamos a profundizar en el lado espiritual del ánimo, usando al Rey David como ejemplo.
Imagínese: David y sus hombres acaban de regresar de la batalla, solo para encontrar su campamento completamente destruido por el enemigo y sus esposas y niños desaparecidos. Aunque estos hombres son guerreros grandes y leales, están tan afligidos que comienzan a culpar a David por su pérdida e incluso hablan de apedrearlo.
Imagine cómo se sintió David. Él versículo de hoy dice que “David estaba muy afligido”, pero él no permitió que ese desaliento lo derrotara. En su lugar, eligió alentarse y fortalecerse en el Señor.
Cuando usted se da ánimo, también se fortalece a sí mismo. Ahora, lo que es interesante es que cuando David se fortaleció en el Señor, sus hombres regresaron. Cuando usted se infunde ánimo, ese estímulo también se vuelve contagioso.
La Biblia no dice exactamente cómo se animó David en el Señor, pero sabemos que buscó la dirección de Dios, después de lo cual él y sus hombres derrotaron al enemigo y recuperaron a sus familias.
Usted puede animarse en el Señor tal como lo hizo David. Vuélvase hacia su Padre Dios y Su Palabra, porque Él puede ser la fuente número uno de aliento que usted necesita.