Y ahora, gloria sea a Dios, que puede hacer muchísimo más de lo que nosotros pedimos o pensamos, gracias a su poder que actúa en nosotros. ¡Gloria a Dios en la iglesia y en Cristo Jesús, por todos los siglos y para siempre! Amén. Efesios 3:20-21 (DHH)
Como creyente, usted tiene el poder de Dios trabajando a través de usted para beneficiar a los demás.
Algunas veces pensamos que necesitamos tener un extenso entrenamiento bíblico antes de que Dios pueda trabajar a través de nosotros, pero nada podría estar más lejos de la verdad. El día que usted entregó su vida a Jesucristo, él vino a vivir dentro de su espíritu, y a donde quiera que usted va, su presencia fluye a través de usted para ayudar a otros.
Nunca olvidaré a un joven que vino a nuestra iglesia. Él le dio su vida a Jesús, y estaba tan emocionado que no dejaba de decirle a todos sus amigos mientras estaba con ellos el siguiente sábado. ¡Creo que trajo a trece personas con él el siguiente domingo y aproximadamente la mitad de ellos dieron sus vidas a Cristo! Dios puede actuar a través de cualquier creyente, especialmente si reconocen que no están obrando con sus propias fuerzas.
Usted tiene un círculo de influencia. Todos lo tenemos. Incluso en nuestra imperfección, la presencia de Dios puede fluir a través de nosotros para ministrar a los demás. Entonces, ¿qué lo detiene para compartir su fe? ¿Siente que no sabe lo suficiente? ¿Tiene áreas de su vida que no son perfectas? No deje que eso le impida compartir algo bueno.
Esté atento a aquellos que están buscando respuestas, y pruebe suavemente si están listos para escuchar. Hay personas en su círculo de influencia que se mueren por escuchar lo que usted tiene para decir.