El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. 1 Juan 4:8 (DHH)
Ayer comenzamos una conversación sobre la cultura de Jesús, que me gustaría resumir con un acrónimo: LAF. Jesús ama, acepta y perdona. Él ama y acepta a las personas tal como son, y Él los perdona, pase lo que pase. Esta es la cultura que todos necesitamos tener el uno por el otro.
Ahora, algunas personas se desvían sobre este tema. Piensan que el amor incondicional significa que usted debe permitir que las personas lo pisoteen y se comporten como ellos lo desean sin consecuencias. Eso no es lo que Jesús modeló. Él no tenía miedo de confrontar a sus amigos, pero lo hacía con amor.
Es saludable establecer límites con los demás. Al mismo tiempo, recuerde que la posición que usted tiene con Jesús es de amor, aceptación y perdón constantes, y esta posición lo faculta para tener esa misma actitud de amor, aceptación y perdón con los demás.
También debemos darnos cuenta de que cuando nosotros aceptamos a Cristo como nuestro Salvador, su amor es muy grande como para dejarnos sufrir con nuestros problemas. Necesitamos asumir la responsabilidad de nuestras vidas y darnos cuenta de que tenemos el poder interno para tomar mejores decisiones.
Cuando usted entregó su vida a Cristo, su Espíritu vino a vivir en su interior, y la Biblia dice: “el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.” (1 Juan 4:4). También dice que usted puede “A todo puedo hacerle frente, gracias a Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:13). ¡El Espíritu Santo no solo lo capacita para amar, aceptar y perdonar a los demás, sino que también lo faculta para aprender, crecer y tomar mejores decisiones a lo largo de su vida!