¿POR QUÉ EL JUICIO ES TAN DAÑINO?

Leon FontaineEntregate

Les doy este mandamiento nuevo: Que se amen los unos a los otros. Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros. Juan 13:34 (DHH)

El juicio daña las relaciones. Cuando juzgamos, atacamos la identidad de la otra persona y abrimos una brecha entre nosotros. La buena noticia es que podemos mostrar amor y aceptación por los demás al mismo tiempo que confrontamos su comportamiento. Eso es amor verdadero, y como creyente, usted tiene lo que se necesita para amar de esta manera: ¡a la manera de Jesús!

Tenemos que tener cuidado porque nuestras palabras tienen poder. Digamos que usted tiene una hija pequeña que acaba de mentirle, y usted reaccionó diciendo: “Pequeña mentirosa”. Si bien llamar a alguien mentiroso cuando le mienten parece lógico, tenga en cuenta lo que estamos diciendo. No estamos diciendo: “Mentiste y eso es inaceptable”. Estamos diciendo: “ERES un mentiroso”. Eso es lo que eres, y TÚ eres inaceptable. “¡Gran diferencia!

Tenemos que tener cuidado de no decir falsedades sobre las identidades de nuestros seres queridos. La verdad es que ella es hija de Dios, no una mentirosa, una pecadora o una niña mala. Ella es una bella y nueva creación de Dios que hizo algo malo. Como madre, usted sabe que mentir es un mal hábito que la lastimará, por lo que usted puede explicarle las consecuencias para que ella recuerde que mentir no es algo que debería hacer, porque usted la ama mucho.

Si usted ha usado este tipo de lenguaje con sus seres queridos antes, no es demasiado tarde para hablar con ellos sobre eso. La gran sanación puede provenir de una conversación que comienza con “Me equivoqué” y recuerde: ¡todos estamos en un viaje que implica crecer y cambiar nuestras acciones para parecernos más a Jesús!