La Escritura dice: «El que confíe en él, no quedará defraudado.» Romanos 10:11 (DHH)
La única persona que nunca lo decepcionará es Jesús.
Suena duro, pero no es tan malo. Después de todo, todos somos humanos. A veces vamos a experimentar decepción. También nos vamos a decepcionar de nosotros mismos, por tomar decisiones que desearíamos no haber tomado. Nadie, incluso nosotros mismos, puede llegar a ser todo lo que necesita y desea. De hecho, programamos a nuestros seres queridos para el fracaso, si esperamos que ministren todas nuestras necesidades.
Pero si aprendemos a adherirnos, confiar y depender de Jesús, la decepción se desvanece.
Si usted se adhiere a Jesús como su requisito para una vida nueva, usted no será decepcionado. Él no lo decepcionó. Él terminó lo que fue enviado a hacer en este planeta, y ahora usted tiene el derecho de estar con Dios y tiene derecho a todas las bendiciones y promesas de la Biblia, simplemente confiando en Él.
Usted nunca será avergonzado por Jesús. Él no vino a traer la condenación. Él vino a salvar. Todos nosotros lidiamos con la vergüenza, así que tenemos que fijarnos en Jesús como el autor y consumador de nuestra fe.
Cuando ponemos nuestra confianza en Jesús, todas nuestras relaciones mejoran porque comenzamos a darnos cuenta de que Dios satisface nuestra necesidad de amor incondicional y aceptación. Entonces empezamos a mirar a los demás con amor, incluso cuando nos defraudan. Dejamos de esperar que sean perfectos y estamos capacitados para amar, aceptar y perdonar.
Hoy, tómese un tiempo para meditar sobre lo que significa confiar en Jesús. ¡Usted no quedará decepcionado!