Pero el Defensor, el Espíritu Santo que el Padre va a enviar en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les he dicho. Juan 14:26 (DHH)
Cuando los niños están aprendiendo a montar en bicicleta, a menudo vemos a sus padres corriendo a su lado mientras ellos pedalean, listos para estabilizarlos si pierden el equilibrio. ¿Qué motiva a estos niños a seguir intentándolo luego de que se caen? Es la motivación, no el regaño. “¡Lo estás haciendo genial! ¡Casi lo logras en ese momento! “Ellos son elogiados por intentarlo y por el éxito que logran.
Así es como nuestro Padre Dios anima a los creyentes. Él nos alienta, nos anima a intentarlo de nuevo. No es un padre crítico que quiere restregarnos los errores en nuestras caras.
El problema es que a menudo lo vemos así. Sentimos que nada de lo que hacemos es lo suficientemente bueno para Él, pero no es así como Él nos mira. Y cuando pensamos en Dios como un padre crítico y enojado, lo que hacemos es evitarlo cuando más lo necesitamos. Él quiere que nos acerquemos a Él para permanecer firmes, para darnos la fuerza y el poder de volvernos a levantar después de caer.
Dios no es crítico con usted. ¡En el versículo de hoy, el Espíritu Santo de Dios no es referido como Juez, Crítico, Quisquilloso, Condenador e Hipercrítico! ¡De hecho, Satanás es “el acusador”, no es el Espíritu Santo! (Job 1-2, Proverbios 15:11, Apocalipsis 12:10)
Jesús dijo que el Espíritu Santo es su Consolador, Consejero, Ayudador, Intercesor, Abogado, su Fuerza y Reposo. Él está para su bien y lo está capacitando para vivir los increíbles planes que Él tiene para usted.