Ustedes hacen bien si de veras cumplen la ley suprema, tal como dice la Escritura: «Ama a tu prójimo como a ti mismo.» Santiago 2:8 (DHH)
Nuestra capacidad de amar a los demás se ve directamente afectada por nuestra capacidad de amarnos a nosotros mismos. El problema es que muchos de nosotros no nos amamos a nosotros mismos, y esto está afectando negativamente nuestras relaciones.
Aunque Satanás no tiene poder sobre nosotros porque Jesús le quitó ese poder, él todavía tiene la capacidad de mentirnos. Una de las mayores mentiras que Satanás pone en nuestro camino es tratar de hacernos sentir que no valemos nada. Él no quiere que nos demos cuenta de lo valiosos que somos, así que él nos miente sobre cómo poder sentir valor por nosotros mismos e intenta hacer que busquemos por fuera de nuestra relación con Dios para sentir que tenemos valor.
Estas mentiras se perpetúan a nuestro alrededor. Los medios de comunicación nos dicen que necesitamos ser más bonitos, más exitosos, más fuertes, más ricos y más jóvenes para tener valor. Incluso la religión ha contribuido al problema. En un esfuerzo por promover la humildad, algunos enseñan que debemos pensar mal de nosotros mismos. El mensaje es que somos sólo pecadores sucios y dañados, y que somos afortunados de que incluso Dios nos considere, y mucho más que nos aprecie y nos ame.
El problema es que este tipo de enseñanza hace que los cristianos permanezcan atrapados en una baja autoestima, y eso no es lo que Dios quiere para nosotros. ¡Él quiere que nos demos cuenta de quiénes somos y de lo que somos capaces de lograr con Él!
Es hora de que usted empiece a valorarse a sí mismo de la forma en que Dios lo valora. Él lo valora tanto, que envió a Su único Hijo a morir por usted. ¡Él lo creó y lo ama! Él lo aprecia. ¡Y como creyente que tiene a Cristo, usted puede hacer todo lo que Dios tiene para usted por medio de Cristo que lo fortalece!