¿Qué le deparará el futuro?

Leon FontaineEntregate

Repite siempre lo que dice el libro de la ley de Dios, y medita en él de día y de noche, para que hagas siempre lo que éste ordena. Así todo lo que hagas te saldrá bien. Josué 1:8 (DHH)

No hay límite para el poder, las bendiciones y la provisión que nosotros como creyentes tenemos en Cristo. Es verdaderamente ilimitado… y nosotros podemos liberarnos del pensamiento limitante que tenemos. El versículo de hoy tiene la llave. Habla de mantener la Palabra de Dios siempre en nuestros labios y meditar en ella de día y de noche.

Necesitamos declarar las promesas de Dios sobre nuestras vidas, profetizando el futuro.

No somos víctimas del azar. No estamos limitados por el diablo. Volvamos a la Palabra y reconozcamos que como creyentes somos hijos de Dios. No se nos ocultan cosas buenas. No estamos sujetos al temor, y ninguna fuerza exterior tiene el poder de limitarnos porque tenemos su fuerza y ​​valor en nosotros.

Cuando se trata de cada promesa de Dios, usted puede levantarse e ir por ella. Profetícela; ¡declárela sobre su vida! Hechos 2:17 también nos enseña esta habilidad. Dice: “En los últimos días, Dios dice: ‘Derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano. Sus hijos e hijas profetizarán, vuestros jóvenes tendrán visiones, y sueños los ancianos”.

Muchos libros de autoayuda tratan de enseñarnos como encontrarnos a nosotros mismos. Sin embargo, nosotros no nos encontramos a nosotros mismos; ¡nos construimos a nosotros mismos! Tenemos que decidir, quienes vamos a llegar a ser, y cada promesa en la Palabra de Dios es nuestra. Sólo tenemos que descubrir lo que Dios dice que somos y lo que él dice que podemos tener, y darnos cuenta de que tenemos el poder para construir eso en nuestras vidas.