Entonces el Señor les hará prosperar en todo lo que hagan, y en hijos, en crías de ganado y en cosechas; sí, el Señor su Dios volverá a complacerse en hacerles bien, como antes se complacía en hacerlo a los antepasados de ustedes,
Deuteronomio 30:9 (DHH)
Dios tiene grandes planes para su vida, y sus creencias determinan si usted saldrá en busca de ellos o no.
Si usted se mantiene creencias que no están basadas en la Palabra de Dios, estás pueden causar que se pierda lo que Dios tiene para usted. Por ejemplo, una de las principales falsas creencias que reprime a muchos cristianos es la creencia de que la pobreza viene de Dios.
A muchos cristianos se les ha enseñado que el dinero es malo y que tenerlo nos lleva a convertirnos en egocéntricos y orgullosos. En realidad, con lo que Dios tiene problemas es con el amor por el dinero (colocar el dinero antes que a Él). Y el éxito no tiene por qué conducir al orgullo y al egoísmo. Conozco mucha gente exitosa que está entregada completamente a Jesús y que dan toda la gloria a Dios por su éxito.
El problema con esta mentalidad de pobreza es que lo limita y puede negarle acceso a los sueños que Dios ha colocado en su corazón.
En el fondo, todos queremos triunfar. No queremos casarnos solo para tener un matrimonio fracasado, o comenzar un negocio para verlo caer en bancarrota ¿De dónde piensa que viene este deseo? ¡Dios nos creó de esta manera! De hecho, Él quiere producir que cada esfuerzo de sus manos sea exitoso (Deuteronomio 30:9).
Usted tiene permiso para triunfar. Usted no está destinado a estar limitado en esta vida. Más bien, usted es llamado a usar los dones y talentos que Dios ha colocado dentro de usted para crear influencia y marcar una diferencia. Y, a través de Cristo, ¡usted está empoderado para hacerlo!