Un esclavo no pertenece para siempre a la familia; pero un hijo sí pertenece para siempre a la familia. Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes serán verdaderamente libres. Juan 8:35-36 (DHH)
Hay varias cualidades que generan felicidad y una es conocer el verdadero sentido de la libertad.
Cuando comenzamos a sentir que ya no somos libres en nuestra vida, es sorprendente lo rápido que se desarrolla una sensación de esclavitud. Las personas que tienen una sensación de esclavitud a menudo usan un lenguaje como “Bueno, no tengo otra opción” o “No hay nada que pueda hacer al respecto”. Ahora, en la esclavitud no hay alegría, entonces ¿por qué querríamos vivir como si fuéramos cautivos sin elección?
La buena noticia es que cuando usted elige a Jesús, no encuentra esclavitud, ¡solo libertad y alegría!
Verá, cuando usted conoce las verdades de la Palabra de Dios y cómo aplicarlas a su vida, descubre una vida llena de libertad. (Juan 8:31-32) Nosotros podemos alimentar esa libertad. Cuanto más entre usted en la Palabra de Dios, más poder tendrá para ser quien usted es, la persona que Dios lo ha llamado a ser, y levantarse y hacer las cosas que Dios ha planeado para usted. En la medida en que usted avance en la Palabra, tome la decisión de no permitir esta sensación de cautiverio.
Cuando hablo con personas que han descubierto a Jesús, escucho repetidamente los mismos comentarios asombrosos: “¡Encontré la libertad para ser yo!” “Encontré la libertad de levantarme y derrotar el alcohol, las drogas o restaurar mi matrimonio”.
Todo el hermoso mensaje del evangelio es acerca de la libertad en todos los sentidos a través de Jesús. ¡Elíjalo y conozca la verdadera libertad y alegría!