Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho. Juan 14:26 (LBLA)
Si alguien le da un regalo costoso, no sirve de nada dejarlo empaquetado. Es necesario que usted acepte el regalo y lo abra para poder disfrutarlo. Lo mismo es cierto con el Espíritu Santo.
Ayer cubrimos los primeros tres de siete dones que acompañan al Espíritu Santo. Él nos da consuelo, consejo y nos ayuda cuando se lo pedimos. Hoy, cubriremos los otros cuatro poderosos regalos que Él trae.
4. Intercesión. Hay momentos en la vida, lo sepa o no, cuando usted necesita que alguien pelee en su nombre. El Espíritu Santo puede desviar una crisis o traer cosas buenas a su futuro, incluso sin su conocimiento cuando usted confía en que Él intercederá por usted.
5. Defensor. Cualquiera que comparezca ante el tribunal sabe lo vital que es un buen abogado, alguien que pueda abogar por usted. El Espíritu Santo lo apoya y lo defiende mientras usted experimenta cosas que no entiende.
6. Fuerza. El Espíritu Santo está listo y dispuesto a proporcionarle la fuerza que usted necesita para enfrentar el desafío diario, sea la situación que sea. Ningún problema es demasiado grande o demasiado pequeño. Usted siempre puede pedir una dosis de Su fuerza.
7. A la espera. El Espíritu Santo puede actuar como una respuesta de emergencia, aunque Él es mucho más que eso. Cuando usted ora, todos los recursos que hay en Él vienen a usted.
Cada uno de estos regalos es suyo. ¿Está usted agradecido por los siete regalos y está dispuesto a aceptarlos en su vida?