Aunque un ejército me rodee, mi corazón no tendrá miedo; aunque se preparen para atacarme, yo permaneceré tranquilo.… Pero yo estoy convencido de que llegaré a ver la bondad del Señor a lo largo de esta vida. Salmos 27:3,13 (DHH)
Cuando las personas definen la confianza, con frecuencia piensan que es creer en sí mismos y en su poder o habilidad. No es así como Dios define la confianza.
La confianza de Dios es completamente diferente. Viene de saber que usted no tiene precio para Él, tanto que envió a Su único hijo, Jesucristo, a morir por usted. Es una certeza de que no hay nada que usted no pueda manejar con Su ayuda. En esencia, la confianza de Dios es una confianza en Dios, no en uno mismo. Es en realidad, en verdad confiar en Él, en Su amor infinito por usted y en Sus planes buenos e inconmensurables para su vida.
El libro de Salmos hace muchas referencias a confiar en Dios y en la Biblia Amplificada se traduce de esta manera: “Confío, me apoyo, dependo y estoy seguro en ti” (Salmo 25:2). Me encanta la imagen que pinta. Cuando usted se siente inestable, busca a alguien en quien apoyarse para poder caminar con la confianza de que no se caerá. El Espíritu Santo siempre está ahí para estabilizarlo cuando usted se encuentra en terreno accidentado. Él no solo camina a su lado, sino que está en usted, dándole un apoyo firme y sólido donde quiera que usted vaya.
Si usted se enfrenta a un día difícil, recurra a Dios para obtener la confianza que necesita. Piénselo: el creador impresionante del universo vive dentro de usted. ¿Hay algo que usted no pueda enfrentar?