Pues la Escritura dice: «¿Quién conoce la mente del Señor? ¿Quién podrá instruirle?» Sin embargo, nosotros tenemos la mente de Cristo. 1 Corintios 2:16 (DHH)
Mi esposa Sally y yo tenemos cinco hijos y cuando eran pequeños, nos encantaba escucharlos hablar sobre sus sueños. Ellos tenían imaginación además de mucha pasión y emoción y estaban enfocados en las posibilidades.
Soñar con el futuro enciende la creatividad, el ingenio y la pasión que todos necesitamos para vivir en grande y alcanzar muchas metas. Podríamos aprender una o dos cosas de los niños — ellos no tienen problemas para soñar en grande.
Imagine si usted pudiera soñar como Jesús. Algunos piensan que Jesús era un tipo aburrido, tímido y de voz suave que nunca sonreía y hacía el signo de la paz todo el día. Ese no es el Jesús que encuentro en la Biblia.
Piénselo: ¿alguna vez ha visto a los niños acudir en masa a una persona aburrida que nunca sonríe? Ciertamente no era tímido ni de voz suave: Él hablaba a las multitudes, a miles y no tenía problemas para enfrentarse a poderosos líderes religiosos. Él caminó por la tierra con todo el poder de Dios, sanando a los enfermos y resucitando a personas de entre los muertos. ¿Aburrido? De ninguna manera.
Jesús era apasionado. Tenía un amor asombroso y una aceptación incondicional que miles de personas acudían a Él. Y 1 Corintios 2:16 dice que podemos entender los pensamientos, sentimientos y propósitos en el corazón de Jesús cuando desarrollamos una relación con Él.
Usted no tiene que simplemente imaginar; ¡usted puede soñar, vivir y amar como Jesús con solo conocerlo mejor!