Dios, por su poder, nos ha concedido todo lo que necesitamos para la vida y la devoción, al hacernos conocer a aquel que nos llamó por su propia grandeza y sus obras maravillosas. 2 Pedro 1:3 (DHH)
¿Cuándo usted ora, parece que la respuesta de Dios es siempre “no” o “espera”?
Si es así, es posible que usted haya comenzado a pensar que la oración no tiene sentido. Tal vez incluso usted trató de pedir ayuda a Dios en el pasado, pero cuando no recibió la respuesta que estaba buscando, dejó de orar por completo.
En lo que tiene que ver con la oración, lo primero que usted debe tener en cuenta es que Dios está de su lado. Él no está tratando de ocultarle las cosas buenas. Con demasiada frecuencia, las personas piensan erróneamente que Dios disfruta castigándolas y le gusta negarles las cosas que ellos realmente quieren. Piensan que la oración es un diálogo unilateral de mendicidad y Dios está en el cielo con grandes botones de “Sí” y “No”, bendiciendo aleatoriamente a algunos mientras castiga a otros.
¡Esa no es la forma en que Dios trabaja! 2 Pedro 1:3 dice que Él ya acordó darle todo lo que usted necesita para tener alegría, alcanzar el éxito, criar una familia asombrosa y tener relaciones increíbles.
Pero para ejercer ese poder, usted debe hacer que Su Palabra se cumpla en su vida y declarar Sus promesas. En otras palabras, en lugar de rogarle a Dios que le ayude, hágale saber que usted es consciente del poder que le ha dado. ¡Agradézcale por permitirle salir victorioso en cada batalla y declare que Su fuerza lo ayudará a ascender!
Tome la autoridad — esta es suya cuando usted acepta a Jesús como su Salvador. Declárelo en sus oraciones y luego ponga ese conocimiento en acción mientras construye la increíble vida que Él quiere que usted tenga.