1 Juan 3:1 (VOZ) ¡Fíjese que gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! Es verdad; somos Sus amados hijos.
Dios lo ama. Él se preocupa por usted más de lo que usted podría saber, pero no dé por hecho mis palabras.
Jeremías 31:3 dice que Dios lo ama “con amor eterno” y lo ha tratado “con misericordia”. Según 1 Juan 3:1, “Dios le ha prodigado gran amor y lo llama uno de Sus “amados hijos” (VOZ).
Romanos 8:35-39 también habla del amor de Dios por usted. Esto es lo que dice: ¿Entonces, quién puede separarnos? ¿Qué puede interponerse entre nosotros y el amor del Ungido de Dios? ¿Los problemas, las dificultades, la persecución, el hambre, la pobreza, el peligro o incluso la muerte? La respuesta es, absolutamente nada. Como dice el salmo: “En Tu nombre, nuestras vidas están en peligro constantemente; somos como ovejas yendo al matadero”.
Pero no importa lo que venga, siempre saborearemos la victoria a través de Aquel que nos amó. Porque tengo plena confianza en que nada -ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los demonios, ni lo presente, ni lo porvenir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo ni ninguna cosa creada- puede interponerse entre nosotros y el amor de Dios manifestado en su Hijo, Jesús nuestro Señor.
¡Nada puede separarlo del amor de Cristo!
Piense en su amor hoy, y deje que lo tranquilice. Tanto el miedo como la fe, le piden que crea en lo que usted no puede ver. Ambos le piden que crea en lo desconocido. ¿Por qué entonces asumir lo negativo?
Dios lo ama y se preocupa por usted. Él tiene un plan para su vida y Su fuerza y protección son suyas. ¡Elija la fe, porque usted puede tomar decisiones que lo conduzcan a un futuro increíble!