Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida. Proverbios 4:23 (NKJV)
Cuando meditamos y declaramos las promesas de Dios sobre nuestras vidas, comienza un poderoso proceso. Lo interesante de este proceso de crecimiento es cómo se multiplica todo. No plantamos una semilla de manzana y esperamos obtener una semilla de manzana a cambio. Una manzana produce varias semillas, y un árbol puede producir miles de manzanas a lo largo de su vida. Nuestros corazones funcionan de la misma manera. Amplifican lo que plantamos en ellos, ya sea positivo o negativo.
En Mateo 12:35, Jesús dijo: “El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón saca el bien, pero el que es malo, de su maldad saca el mal.” (NKJV). El mensaje que Jesús destaca en este versículo es que cuando nosotros depositamos un tesoro de buenas creencias en nuestro corazón, traeremos bien a nuestras vidas. Y el versículo de hoy dice que necesitamos guardar nuestros corazones, sobre todo porque de él mana la vida.
La buena noticia es que usted tiene el poder de plantar todo tipo de cosas buenas en su corazón. Si usted sigue plantando la Palabra de Dios, sin duda alguna, obtendrá una cosecha increíble después de haber cosechado todo lo que ¡Él nos prometió como creyentes!
Empleemos un poco de tiempo para reclamar algunos otros versículos hoy. Reclame Salmo 35:27, diciendo: “Gracias, Padre, porque tú te complaces en prosperarme.” Reclame el Salmo 37:4, diciendo: “Gracias Padre, porque cuando me deleito en ti, tú me concedes los deseos de mi corazón”. Y declare Romanos 8:32 diciendo: “Padre, tú entregaste a tu propio Hijo por nosotros, por eso sé que en Cristo, libremente tú me has dado todas las cosas”.