Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. 2 Corintios 12:9 (NKJV)
¿Alguna vez se ha sentido frágil? Hay momentos en los que usted podría estar sonriendo por fuera, pero se siente cansado y desgastado en su interior.
Otras veces, puede parecer que usted irradia energía, incluso cuando usted debería estar cansado. En momentos como estos, usted puede estar enfrentando el peor problema de su vida, pero está sacando provecho de un tipo de fuerza que va más allá de lo que usted puede explicar. Esta profunda fortaleza proviene de su relación con Dios, no es una varita mágica; no lo hace inmune a los problemas, pero le da poder para mantenerse positivo y para superar las circunstancias negativas.
El apóstol Pablo tenía esta clase de fuerza. A medida que se movía de ciudad en ciudad difundiendo la noticia acerca de Jesús, tenía muchas oportunidades de desanimarse. Pablo fue azotado, golpeado con varas, apedreado y naufragado. Se enfrentaba a peligros, a noches de insomnio, al frío, al hambre y a la sed, pero siguió adelante.
¿Cuál era el secreto de la perseverancia de Pablo? Pablo sabía cómo confiar en la fuerza que Dios había puesto dentro de él.
Usted también puede aprender a confiar en este tipo de fuerza. Usted puede enfrentar desafíos, pero con Jesús, usted tiene la fuerza para superarlos y caminar a través de ellos.
Dios hace que Su fuerza esté disponible dentro de cada uno de Sus hijos para que ellos puedan superar cada desafío. ¡Ponga su atención en Él todos los días, acceda a Su poder y comience a vivir una vida llena de Su fuerza!