Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios, y Dios en él. 1 Juan 4:16 (NKJV)
¿Alguna vez usted ha escuchado que alguien diga “te amo”, cuando realmente esta persona no lo conoce muy bien?
Si es así, usted puede haber pensado: “Usted ni siquiera me conoce. ¿Cómo puede decirme que me ama?
Es una reacción común. A menudo suponemos que los demás no pueden amarnos hasta que realmente nos conocen o hacemos algo para ganar ese amor, y es entendible. Hay un cierto tipo de amor que compartimos con aquellos que nos conocen mejor. Sin embargo, hay otro tipo de amor que podemos tener por las personas. Este amor es un regalo que usted puede dar, y se deriva de darse cuenta de que esa persona tiene un valor increíble, tal como es.
La Biblia tiene mucho que decir acerca de este amor incondicional. Utiliza la palabra griega ágape para describirla. Como mencionamos ayer, Dios nos ama con este amor ágape porque eso es justo lo que Él es. De hecho, en 1 Juan 4:8 dice
“Dios es amor”. Él elige amarnos porque nos valora y su amor no se basa en nuestro desempeño.
Cuanto más usted se dé cuenta de lo mucho que Dios lo ama, más usted podrá amar a los demás incondicionalmente. El saber que usted es amado, aceptado y perdonado para siempre por causa de Jesús, lo anima a tratar a los demás de la misma manera.
Usted puede dar a otros una idea de cómo es este amor incondicional, tratándolos con la misma bondad, compasión y generosidad que ha sido extendida sobre usted. Y cuando usted lo hace, señáleles la fuente de ese amor que es Jesús. ¡No queremos que nadie pierda una eternidad con su Padre amoroso!