Pero tú eres santo, tú eres rey, ¡tú eres la alabanza de Israel! Salmos 22:3 (KJV)
Según el versículo de hoy, Dios mora en las alabanzas de su pueblo.
¿Qué significa esto? ¿Significa que si no alabamos a Dios, él no está con nosotros?
Primero, echemos un vistazo al reino de Dios. El reino de Dios existe en dos lugares: el planeta tierra y el lugar llamado el cielo. En el cielo, no hay nada que tengamos que hacer para experimentar la presencia de Dios. Nada existe allí para separarnos de él. Espíritu, alma y cuerpo, estaremos para siempre en su presencia.
Aquí en la tierra, según Jesús en Lucas 17:21, podemos tener el reino de Dios dentro de nosotros. Este reino viene a nosotros, recibiendo a Cristo como nuestro Salvador. Es una elección. Aunque su presencia está siempre con nosotros y en nosotros como creyentes, tenemos que elegir cultivar conscientemente su presencia para llevarlo a nuestra vida cotidiana.
El Salmos 100:4 dice que “entren por sus puertas con acción de gracias; vengan a sus atrios con himnos de alabanza”. En otras palabras, una opción que tenemos para cultivar la presencia de Dios es la elección de alabarlo.
Dios siempre está con nosotros y en nosotros como creyentes, pero al alabarlo, llevamos nuestra atención hacia él, lo que nos hace experimentar los beneficios de su presencia. Como nos enseña el Salmo 34:3, “magnificamos al Señor” cuando “exaltamos Su nombre” (NKJV), lo que significa que lo hacemos más grande en nuestras vidas haciendo que él ocupe una mayor parte de nuestra atención.
¡Usted puede alabar a Dios todos los días! Recuerde, la alabanza no hace que Dios se sienta mejor consigo mismo. La alabanza es para usted, es para su beneficio. Lo mantiene en el ambiente donde usted mejor funciona: su presencia.